"Éste, ha sido un curso complicado.
Complicado para todos. También para la enseñanza. La situación económica del
país ha propiciado una serie de recortes que han salpicado (de lleno) a la Educación.
Recortes que nos han afectado (y nos seguirán afectando) a todos y todas:
profesorado (interinos y funcionarios), alumnado, familias, personal no
docente,...
En mi caso, muy directamente, ya
no por el aumento de las horas lectivas o por la disminución y congelación de
nuestro sueldo, sino por la amortización de mi plaza para el próximo curso
(tras 7 años como centro definitivo), lo que me mantiene en estos momentos en
una situación de total incertidumbre, y la imposibilidad casi absoluta de que
mi pareja (y, en breve, futura esposa) pueda acercarse a mí mediante un
concurso de traslado o concursillo, por el drástico recorte de plantillas que
han sufrido todos los centros.
Ha sido un curso en el que la
motivación del profesorado se ha visto duramente minada. Por el cambio (a peor)
de nuestra situación laboral y por el daño que, socialmente, se ha causado
(consciente o inconscientemente) a nuestra imagen.
Un curso en el que muchos y
muchas de nosotros/as nos planteamos seriamente no realizar actividades
complementarias y extraescolares, pues son actividades que no se nos reconocen
con ningún tipo de incentivo (económico, de formación, horario o de cualquier
otro tipo) y que no están dentro de nuestras obligaciones y deberes, sino que,
más bien, son decisiones personales y voluntarias que nos conllevan el
sacrificio y la dedicación de muchas horas de nuestro tiempo libre (recreos,
tardes, fines de semana,…), un gasto económico y la aceptación de mayores
responsabilidades.
Esa posibilidad también pasó por
mi cabeza, pero… cada vez que lo hacía, veía las caras de mis alumnos y
alumnas. Caras de chicos y chicas concretos/as. Caras ilusionadas, con ganas de
hacer cosas, con satisfacción por el trabajo bien hecho, con orgullo por el
reconocimiento de sus familias y del público al esfuerzo realizado,… Caras de
alumnos y alumnas con los que llevo años trabajando. A los/as que he visto
crecer desde que llegaron al centro en 1º de ESO, hace ahora más o menos años.
Es una frase que he repetido
muchas veces. Ya me la habréis escuchado en otras ocasiones. Pero es la verdad.
Vosotros (mis alumnos y alumnas) sois el motor de mi trabajo. Todo lo que hago
lo hago por vosotros y vosotras. Sin vosotros/as nada tendría sentido.
No hay connotaciones políticas en
mi trabajo, ni en un sentido, ni en el otro. No hay ningún apoyo, ni
reivindicación a favor de nada, ni contra nada. Todo es mucho más sencillo: Mis
alumnos/as ante todo.
Por vosotros y vosotras, y
mientras el cuerpo aguante, seguiré trabajando.
Sólo espero que esta difícil
situación, para todos/as, pase lo antes posible.
Y desde aquí deseo manifestar mi más
sincero apoyo a todas esas familias que están viviendo momentos tremendamente
complicados a causa de la crisis económica.
No quiero terminar sin hacer una
mención especial a todos aquellos alumnos y alumnas a los/as que el curso que
viene no veré (porque continúan estudios de Ciclos Formativos o Universitarios,
y dejan nuestro centro) y a mi alumnado de 1º de Bachillerato pues, aunque
seguiréis con nosotros y continuaremos viéndonos (si, como espero, no me
desplazan del instituto) ya no trabajaré con vosotros/as (pues en 2º de
Bachillerato no hay Educación Física).
Gracias por todo lo que me habéis
aportado durante estos años, gracias por la ilusión que siempre me habéis
transmitido, gracias por el cariño con el que siempre me habéis tratado,
gracias por hacerme sentir orgulloso de vosotros/as, gracias por permitir que
mi trabajo me realice como persona (¡Qué gran privilegio!).
Ojalá, con el tiempo, quede en
vosotros un recuerdo de mí, como lo quedará en mí de todos vosotros/as.
Gracias".
Fco. Javier Ruiz Fernández